Halloween se inspira en una antigua tradición celta del Samaín. Durante esta época se celebraba la fiesta de los espíritus, que caminaban entre los vivos para reencontrarse con sus antepasados. Desde entonces también se narran leyendas, como las que os vamos a contar, que no pueden faltar en ninguna noche de Halloween. ¿Estás listo para leerlas?
Algunas leyendas populares de España que te harán pasar auténtico terror en Halloween
Enriqueta Martí “la vampira de Barcelona”
Enriqueta Martí, también conocida como “la vampira del Raval”, tenía doble vida: por las mañanas, ejercía de mendiga de los bajos fondos y por las tardes, de pudiente. Además, actúo como alcahueta y curandera. En 1921 la acusaron de secuestrar y asesinar a varios niños.
Este caso fue uno de los más mediáticos y escabrosos de la Barcelona de principios del siglo XX. Eso sí, los hechos distan mucho de la realidad, porque solo se pudo demostrar que secuestró a una niña.
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El Sacamantecas
¿Recuerdas cuando eras pequeño y tus padres te decían que el Hombre del Saco o del Coco vendría a llevarte si no volvías a una hora temprana?
Pues el Sacamantecas es la versión más gore del personaje. Se caracteriza por su afición a raptar niños para sacarles la grasa del cuerpo. Este mito se originó en la Edad Media y se volvió a hacer popular en el siglo XIX cuando se asoció la idea de que la grasa humana tenía factores rejuvenecedores. Pero esto no se queda ahí, sino que ha habido varios ‘Sacamantecas’ reales, entre ellos Juan Díaz de Garayo, conocido como “El Sacamantecas de Vitoria” o Manuel Blanco Romasanta, que se dedicaba a hacer jabón con la grasa de niños y afirmaba ser un hombre lobo.
Las oscuras noches en el castizo metro de Tirso de Molina
Esta leyenda comenzó en el siglo XIX con el derribo del antiguo convento de la Merced. Pero cogió más peso cuando empezaron a construir la estación de Tirso de Molina y se encontraron restos de los monjes. Como los operarios no sabían qué hacer con ellos optaron por dejarlos bajo los andenes y cubrirlo todo con azulejo. Desde entonces se rumorea que a medianoche se escuchan los gritos de estos monjes.
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El sillón del diablo
Se encuentra en la actualidad en el Museo Provincial de Valladolid Y aunque en apariencia parece normal, es el objeto de una leyenda negra. Hay rumores que dicen que las personas que se sientan en él corren el riesgo de perder la vida. De hecho, durante un tiempo el sillón fue escondido para que nadie cometiera el error de descansar en él.
En el siglo XVI las autoridades detuvieron al médico Andrés de Proaza por la desaparición de un niño cerca de su domicilio. Tras encontrar el cadáver en su casa confesó que tenía un pacto con el diablo, este se le aparecía a través de un sillón. Andrés comentó que lo había recibido como regalo de un nigromante navarro en 1527 y que cuando se sentaba para redactar las autopsias, entraba en trance y percibía fenómenos paranormales. De esa manera, podía adquirir el conocimiento que buscaba. En el siglo XIX dos bedeles que descansaban en el sillón perdieron su vida. Curioso, ¿verdad?
