Decía el poeta que Castilla era ancha, y no le faltaba razón. Basta darse una vuelta por el interior castellanoleonés para disfrutar de parajes que no parecen tocar el horizonte. Y si la ruta incluye el tramo del Camino Francés que une Burgos y León, mucho mejor. Al menos si quieres sumar lo mejor de la gastronomía regional y un poco de historia a los paisajes castellanos.
Partiendo de Burgos
Apenas 180 kilómetros separan la capital burgalesa de León, algunos días de camino que dan para mucho. Partiendo de Burgos, la herencia medieval se irá materializando a tu paso, con edificios históricos como la catedral de Santa María. No solo es un icono del gótico castellano, además es patrimonio mundial por la Unesco. ¡Y la visita no ha hecho más que empezar!
Rutas culturales
Con este recibimiento, está claro que Burgos te va a ofrecer un baño de cultura e historia inolvidable. No importa la ruta que elijas, en tu itinerario no puede faltar el monasterio de Las Huelgas, escenario de nombramientos de caballeros ilustres y coronaciones regias. Y si te queda tiempo para pasear, no dejes pasar la oportunidad para recorrer el Camino del Cid.
Seis etapas en una hora
El trayecto de Burgos a León es conocido por los peregrinos que optan por el Camino Francés. Sus seis etapas se cubren en apenas dos horas detrás de un volante, pero merece la pena hacer alguna que otra parada para capturar la belleza de los paisajes. Por no hablar del patrimonio románico y la buena comida que encuentra el viajero en pueblos con encanto como Castrojeriz, Hontanas o Frómista.
De paseo por León
El patrimonio leonés no le va a la zaga al burgalés. Si en la capital castellana tienen una catedral bendecida por la Unesco, en León pueden presumir de la catedral de Santa María. Su conjunto de vidrieras centenarias considerado de los más importantes a nivel mundial, en lo que a arte medieval se refiere. ¿Será por eso que la llaman la ‘bella leonesa’?
Comer a la leonesa
Va siendo momento de despedirse de tierras castellanas, y estás tardando en irte de tapas si a estas alturas no has probado un caldo leonés con denominación de origen. Recorre la milenaria calle Ancha, e intenta decidirte entre la infinita variedad de tapas que encontrarás en los míticos barrios del centro, el ‘húmedo’ y el ‘romántico’. Una cosa es segura, tu paladar va a alucinar elijas lo que elijas. Eso sí, si tienes hambre, pide un cocido maragato.