El paso del tiempo convierte en caminos turísticos espacios que antaño se usaban para otros menesteres. Es justo lo que ocurre con el Camí de Ronda, que pasó de ser un bastión contra el estraperlo a un paraíso mediterráneo repleto de calas, pinares, acantilados, casas modernistas, terrazas y miradores.
1. Las rondas de los carabineros: desde Blanes hasta Portbou
Hoy conocemos ellitoral gerundense como la Costa Brava seguramente por la naturaleza abrupta de este rincón del Mediterráneo. Pero las autoridades españolas de mediados del siglo XX se referían a este tramo de costa como Camino de Ronda. Eran tiempos de posguerra, y controlar el contrabando era una prioridad.
En pleno siglo XXI, el Camí ha cambiado las rondas de los carabineros por las escapadas de los amantes de la naturaleza, la buena comida y las playas de aguas cristalinas. Sus rutas suponen una oportunidad única para descubrir la Costa Brava practicando senderismo o montando en bici. No dejes pasar esta oportunidad: ¡vive la historia y disfruta del Mediterráneo!
Los diferentes caminos de Ronda
Recorrer la Costa Brava a pie es una experiencia inolvidable, pero requiere tiempo. ¿Solo dispones de un finde para sacarle partido a las vacaciones? No te preocupes, el Camí se divide en muchos caminos de Ronda, pequeñas rutas que acotan los más de 130 kilómetros de litoral gerundense en etapas totalmente asumibles.
Para darte un buen chapuzón
La cuestión es cuál es el camino perfecto. Si buscas calas para darte un buen chapuzón, la ‘ronda’ de Lloret de Mar es una buena elección. Se compone de caminos relativamente cortos, y la mayoría conducen a playas de aguas cristalinas, normalmente resguardadas por pinares. Puedes incluso fantasear con los peques a los pies de un castillo, como el de Sa Caleta.
Entre acantilados de infarto
A los castillos hay que sumarles las casas de lujo del camino de Sant Feliu de Guíxols. Pasando la zona de Sant Pol, el aire señorial de los apartamentos frente al mar se mezcla con el toque modernista de las fachadas. Aparecen salpicadas entre pequeñas calas, acantilados de infarto y terrazas de todo tipo a modo de miradores… Normal que esté considerado como uno de los tramos más bellos del Camí.
En kayak o en barco
Los tramos a bici y a pie se pueden combinar con minicruceros que dan una perspectiva diferente de los caminos de Ronda. Después de vencer al vértigo en los acantilados de la Costa Brava, puedes dejar atrás un par de playas sobre un kayak o, mejor todavía, recorrer parte de la ruta a bordo de un barco.
¿Y por qué no recorrer todo el Camí en barco? Playas desiertas, cuevas secretas y paisajes mediterráneos… ¿De verdad te los quieres perder?